Florencio Maíllo en la inauguración de
la exposición, el miércoles pasado. |
Como adelanté hace unos días, en la inauguración de la exposición de la escuela, dedicada a las primeras vanguardias, contamos con la presencia del artista salmantino Florencio Maíllo que, posteriormente, nos aclaró conceptos ciertamente interesantes sobre arte, vanguardia y educación, en una conferencia junto con nuestro profesor de "Educación plástica-visual en Educación Primaria".
Para situarnos, comenzó hablando de la vanguardia como proceso y fenómeno no homogéneo y sus fuentes, algunas prehistóricas. Nos conceptualizó términos tan importantes en el arte como "genio" o "belleza", haciendo hincapié en su evolución a lo largo de la historia del arte, hasta llegar a las ideas vanguardistas de que "el genio no imita el arte, sino que lo crea" y el destierro de cánones de belleza heredados en pos de la originalidad.
Así, hicimos un repaso a autores y obras, desde el clasicismo y el neoclasicismo —el "David" de Miguel Ángel o "El juramento de los Horacios" de Jacques Louis David— hasta la actualidad, pasando por obras del Romanticismo que fueron decisivas en el afloramiento de las corrientes vanguardistas, como "Desayuno sobre la hierba" y "Olimpia", de Manet, o la conocida obra de Goya "Saturno devorando sus hijos".
De esta forma, llegamos al surgimiento de las primeras vanguardias y sus ideas revolucionarias en relación con la belleza y la originalidad, que acarrearon, entre otras cosas, el auge de los museos antropológicos como nunca antes había sucedido.
Ya inmersos en el arte de los últimos dos siglos, contemplamos algunas composiciones de autores como nuestro inspirador Calder o el pintor Georgio de Chirico y llegamos a la aparición de la fotografía y a la idea surgida en el arte vanguardista en general de "capturar el instante fugaz".
Una hora después, y ya finalizando, vino la parte más esperada: la irrupción de esta corriente en la educación, el arte infantil y el juego asociados a la vanguardia, así como la utilización de la geometría y la abstracción en dichas obras. El discurso concluyó de la mano de nuestro profe, Miguel Elías Sánchez, que nos recordó una vez más la importancia de la educación como motor de cambio de la sociedad y la necesidad, ahora urgente, de compartir el conocimiento.
Ana.
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