Por otro lado, no podemos dejar de lado los árboles
sagrados mitológicos, como el roble de Thor o el ciprés de Kashmar, e incluso especies consideradas fuentes de inmortalidad, como el melocotón en China o
el manzano en la antigua Grecia.
La adoración a los árboles es la tendencia a crear mitos
de los árboles por parte de muchas culturas.
Especies sagradas; En la actualidad, sólo unas pocas
especies de árboles son consideradas sagradas, pero, en la Antigüedad, muchas,
por su utilidad, escasez, tamaño o resistencia, se establecieron como sagradas
para evitar su tala. Una lista muy abreviada de especies sería la que aparece a
continuación. En África hay numerosas especies
sagradas para tribus concretas que requerirían un estudio más profundo.
Abedul: asociado al dios Belenus en la mitología celta y a la diosa Frigga en la mitología nórdica, aparece mencionado en el Kalevala para dar forma al arpa de Vainamoinen.
Abeto: asociado a la Navidad, sustituye en la mitología nórdica al fresno Yggdrasil, que fue derribado por san Bonifacio y plantó un abeto como símbolo del amor eterno
de Dios. Por su forma triangular, representa la santísima Trinidad en el cristianismo. Otras leyendas hablan de un niño salvado de la nieve
por un abeto gigantesco o de un árbol caído que únicamente respetó a un abeto.
Empezó a usarse como árbol de Navidad en el siglo XVI en Europa.
Acacia: en el Antiguo Egipto, fue el árbol sagrado de Hathor, diosa del amor y la belleza, y más tarde de Isis, diosa
madre y diosa de la magia. Se cree que el Arca de la Alianza y el Tabernáculo de los hebreos estaban hechos de madera de
acacia, árbol que para loshebreos representaba la inmortalidad
del alma. Los masones lo consideran símbolo de
pureza y entereza del alma, y plantaron una en el lugar donde fue asesinado Hiram, arquitecto del templo de Salomón. Es famoso el árbol del Teneré, en Níger, una vieja acacia que sobrevivió
hasta 1973 en el desierto del Sahara.
Acebo: era sagrado para los druidas, que aconsejaban meterlo en las casas como protección
contra hadas y duentes, y aún hoy se usa con este fin. En la mitología celta, el Hombre Verde pudo
proceder de un personaje mucho más antiguo, el Rey del Acebo. Los romanos los
asociaban al dios Saturno, y celebraban las saturnales durante el solsticio de invierno, en lo que luego sería la Navidad
cristiana.
Ahuehuete: es una especie de ciprés de río que vive miles de años en México, donde se considera árbol nacional. Hay varios
famosos, aunque el más importante es el que se conoce como árbol del Tule, en Oaxaca, de unos
dos mil años de edad.
Álamo: en Mesopotamia y Grecia se le relacionaba con los
muertos. Heracles llevaba una corona de hojas de
álamo cuando descendió al Averno. En la
mitología celta se le llamaba aeda, “el que evita la muerte”. En
la Odisea aparece como uno de los tres árboles de la
resurrección, junto con el aliso y el
ciprés, y en la Edad Media se corrió el mito de que la
cruz de Cristo estaba hecha de madera de álamo. El álamo negro estaba
consagrada a Hécate, diosa de la muerte en Grecia. En
Roma, la ninfa Egeria, diosa de las fuentes, era “la del
álamo negro” y tenía un bosque sagrado a la entrada de Roma.
Aliso: en la Antigüedad se asoció a Cronos. En
la mitología galesa se asoció al dios cuervo Bran; se decía
que la rama más alta del aliso era la cabeza oracular cantora de este dios. En
la Odisea, es mencionado como uno de los árboles de la
resurrección, junto con el álamo y el ciprés. Se cree que había una arboleda sagrada de alisos
junto al complejo megalítico de Rollright Stones, en los Midlands ingleses.
Ashoka: es un árbol del bosque tropical
lluvioso (Saraca asoca), importante en las tradiciones culturales del
sucontinente indio, donde se considera sagrado, especialmente en la India y
en Sri Lanka. Está estrechamente asociado con
las yakshini, seres
míticos del hinduismo, el budismo y el jainismo. Es fácil encontrar a estos seres con cuerpo de mujer
a la entrada de los templos budistas e hindúes, con los pies en el tronco y las
manos sujetando las ramas de un árbol ashoka florecido.
Avellano: era el árbol del conocimiento y la
justicia para los celtas, aunque la especie más productiva fue introducido en
Europa por los griegos. Los celtas castigaban a quienes cortaban avellanos o
manzanos por considerarlos árboles sagrados. En Islandia, se consideraba un árbol de fertilidad. Las varitas
de avellano se usan para encontrar agua.
Baobab: es considerado sagrado en
numerosos lugares de África, de ahí que se haya respetado y se encuentren en
muchos lugares ejemplares gigantescos. En Madagascar es famosa la Avenida de los baobabs; en Namibia, los bosquimanos aseguran que son árboles del revés, arrojados
así por la divinidad desde el cielo; en Senegal, los griots, guardianes de la memoria de los
pueblos, son enterrados al pie de un baobab.
Ceiba: es el árbol sagrado de los mayas, que unía
el mundo subterráneo de Xibalba con el
mundo de los vivos y situaba una en cada uno de los cuatro puntos cardinales.
En la santería, su orisha es Iroko. También es sagrada para los abakuás, una
cofradía cubana formada por descendientes de esclavos de Nigeria, de la tradición yoruba.
Ciprés: su madera ha sido sagrada desde la Antigüedad, ya
que con ella se construyó el arca de Noé y parte del templo de Salomón. Era adorado en el reino de Saba. En Grecia, se convirtió en el árbol de la muerte,
consagrado a Saturno y más tarde aPlutón. La náyade Thyia, madre de los cipreses, dio nombre a la tuya. Las
puertas de los templos griegos y romanos se hacían de ciprés, como están hechas
las de San Pedro en el Vaticano. En el zoroastrismo estaba consagrado a Ormuz. El ciprés de Kashmar es un árbol mítico de legendaria belleza y gigantescas dimensiones
mencionado en el Shahnameh o Libro de los reyes persas.
Encina: fue árbol sagrado en todo el Mediterráneo. Zeus meditaba debajo de una encina. En el santuario de Dodona, el murmullo de las hojas de una encina ayudaba al oráculo. En España, en Ayala (Álava), y otras localidades, se encuentran santuarios de Nuestra Señora de la Encina.
Espino: árbol de duendes y druidas, marca la entrada al otro mundo en la mitología
celta. Estaba asociado a la diosa Olwen, la del
blanco rastro, y a Blodeuwed. En Glastonbury hay un espino, el espino de Glastonbury, que se dice que procede del cayado de José de Arimatea y, cuando florece, una de sus
ramas se regala a la reina de Inglaterra. La Virgen de Arantzazu, patrona de Guipúzcoa, fue encontrada sobre un espino albar por un pastor.
Fresno: en la antigua Grecia se
consideraba símbolo de la justicia divina. Estaba asociado a la ninfa Andrasteia, hija de Océano, y a Poseidón, pero donde más relevancia alcanza es en la mitología escandinava, ya que el árbol del mundo, Yggdrasil, es un fresno. Se dice que es el
único árbol al que no se acercan las serpientes y que san Patricio las expulsó de Irlanda con una vara de fresno.
Garoé: fue el árbol sagrado de los bimbaches, antiguos habitantes de la isla de El Hierro, en las Canarias. Se cree que podría haber pertenecido a la
especie Ocotea foetens.
Higuera: se cuenta que hay tres higueras
sagradas, la que prestó la hoja para cubrir las partes pudentas de Adán y Eva, la que protegió a Buda mientras
meditaba y la que utilizaba Hathor para alimentar a los
peregrinos en el Antiguo Egipto, aunque en su caso fue un sicómoro, el Ficus sycomorus o falsa higuera. Son tres variedades distintas y
la única que sigue conservando su carácter sagrado es la higuera sagrada de la
India (Ficus religiosa) o Akshayavat, bajo uno
de cuyos ejemplares, del que se conservan retoños, alcanzó la iluminación el
Buda.
Kadam: árbol tropical, el Neolamarckia cadamba, sagrado para los hindúes. En el norte de la India está
asociado a Krishna, mientras que en el sur lo está
a Parvati. Aparece mencionado en el Bhagavata Purana. En el mes de Bhaadra (sexto
mes del año hindú, entre el 23 de agosto y el 22 de septiembre) se celebra el
festival de la recolección de Karam-Kadamba, donde se
hacen servir ramitas del árbol y donde se recuerda el viejoreino de Kadamba. El kadam también se asocia a una deidad llamada Kadambariyamman; en este
sentido hay uno a la entrada del templo de Meenakshi, en Madurai.
Kalpavriksha (Devanagari: कल्पवृक्ष), también conocido como kalpataru,
kalpadruma y kalpapādapa, es un árbol imaginario, mitológico, mencionado en
la literatura sánscritacomo árbol divino, fuente de todos
los deseos. En Mangaliyawas, cerca de Ajmer, Rajastán, hay dos árboles de más de ochocientos años
reverenciados como kalpavrikshas. En el Padma Purana se dice que este árbol es
el parijat, otro árbol sagrado. En Joshimath hay un kalpavrikshas que es una morera, pero en
otros lugares se identifica con un baniano (Ficus benghalensis), otro tipo de higuera, y en zonas
costeras incluso se dice que es un cocotero, por su capacidad de satisfacer las necesidades
humanas.
Laurel: es el árbol del amor en la antigua Grecia, ya que el
mito cuenta que Dafne fue convertida en laurel para
escapar a los amores ciegos de Apolo. Cuando el
dios lo descubre, lo declara árbol sagrado.
Manzano: en la antigua Grecia, era el
símbolo de Afrodita, y en jardín de las
Hespérides había
un bosquecillo de manzanos cuyo fruto tenía el don de la inmortalidad; además,
estaba consagrado a Ceres, diosa de la agricultura. Muchas
interpretaciones de la Biblia lo consideraban el árbol
prohibido, pero es difícil estar seguro, ya que podría haber sido una higuera.
En la isla de los Bendecidos, del mito artúrico, hay un
manzano sagrado, del que proceden las tres manzanas mágicas que tienen un papel
importante en la mitología celta.
Mirto: es más un arbusto que un árbol.
Aparece en numerosas ocasiones en la Biblia; en hebreo, su nombre significa "dulzura". Para
los persas, era símbolo de alegría. Su nombre en griego
significa "perfume" y, junto con la rosa, estaba asociado a Afrodita. El mirto se usaba en muchas celebraciones. En Roma
incluso había una Venus Murcia, relacionada con Murtia, diosa del
mirto.
Olivo: está en el origen de Atenas y en
el huerto de Getsemaní. Es símbolo de inmortalidad, de
resurrección y esperanza. Dice el mito que cuando los persas cortaron el olivo
sagrado del Erecteion, en Atenas, en una
noche creció un palmo, para demostrar la fuerza de los atenienses. Fue el
emblema de las Olimpiadas de 2004 en Atenas, para
representar la importancia que tenía en la Antigüedad.
Olmo: estaba asociado a la muerte y a la
idea del renacimiento. Los griegos decían que el primer bosquecillo nació a la
vuelta deOrfeo del infierno. Era el árbol de Hermes, estaba
consagrado a Saturno, y en Europa del Norte, era el
árbol de los duendes que vigilaban los túmulos de los muertos.
Palmera datilera: ha sido venerada en el Antiguo Egipto por sus dátiles y como símbolo de renacimiento. Su importancia
era tan grande que pasó al cristianismo como símbolo de renacimiento. Hay muchas
variedades; una de ellas, la palmera de Doum, Hyphaene the baica, representaba al dios Thot y su semilla se ha encontrado en numerosas
tumbas de los faraones; otra, la Roystonea o palma real, es árbol sagrado en Cuba.
Pārijāta: árbol celestial de la mitología hindú, se identifica con el árbol del coral (Nyctanthes arbor-tristis). Aparece en el paraíso del dios Indra, entre otros mitos.
Tejo: árbol sagrado para los antiguos
cántabros. Aún hoy se encuentran tejos milenarios en el centro de algunos pueblos
de Cantabria, que eran lugares de reunión donde se celebraban las reuniones y
concejos. El tejo es un árbol venenoso (hojas, fruto, savia...) y los antiguos
guerreros cántabros en sus guerras contra el Imperio Romano llevaban siempre
consigo un preparado del mismo para cometer suicidio en caso de caer en manos
del enemigo.
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