Dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en la parte de vizcaína de la Costa Vasca, se encuentra escondido un lugar mágico, un entorno extraño, artístico y natural construido por el hombre con la ayuda de la naturaleza.
El Bosque de Oma (en euskera: Omako basoa) es una obra artística del escultor y pintor Agustín Ibarrola, situada en la Reserva Natural de Urdaibai, consistente en un bosque de pino de Monterrey en cuyos árboles se han realizado pinturas que componen, entre varios árboles, diferentes figuras. Se ubica en una de las laderas del valle de Oma, en la localidad de Cortézubi, cerca de la Cueva de Santimamiñe, no muy lejos del antiguo domicilio del artista.
Muestra de la relación entre la naturaleza y la presencia humana, el pintor y escultor Agustín Ibarrola concibió el Bosque animado o Bosque de Oma, pintando en los troncos de los árboles figuras humanas, animales y geométricas que dotan de habitantes mágicos al bosque, algunos de los cuales sólo se hacen visibles desde posiciones determinadas, en las que las imágenes de distintos troncos forman una imagen conjunta.
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